Si Para Corregir Necesitas Humillar No Sabes Enseñar

Si para corregir necesitas humillar, no sabes enseñar

Todos hemos tenido ese profesor que, en lugar de ayudarnos a aprender, nos hacía sentir estúpidos e insignificantes. Ese profesor que utilizaba el sarcasmo, el ridículo y la vergüenza como herramientas de “enseñanza”.

Pero lo cierto es que si para corregir necesitas humillar, no sabes enseñar. La humillación no es una herramienta educativa, es una forma de abuso. Cuando humillas a un estudiante, no le estás enseñando nada más que a odiarte a ti y a la materia que enseñas.

La humillación daña la autoestima

La humillación puede tener un impacto devastador en la autoestima de un estudiante. Cuando un estudiante es humillado, se siente avergonzado, inútil e inadecuado. Esto puede llevar a problemas de ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas.

La humillación crea un ambiente de miedo

Cuando un estudiante es humillado, tiene miedo de cometer errores. Esto puede provocar que los estudiantes se vuelvan pasivos e inseguros en clase. También puede hacer que los estudiantes eviten buscar ayuda cuando la necesitan, por temor a ser humillados de nuevo.

La humillación socava la autoridad del profesor

Cuando un profesor humilla a un estudiante, socava su propia autoridad. Los estudiantes empiezan a ver al profesor como un matón, no como un educador. Esto puede hacer que sea difícil para el profesor mantener el orden en clase y enseñar eficazmente.

Existen mejores formas de corregir

Hay muchas maneras mejores de corregir a un estudiante sin recurrir a la humillación. Algunas de estas formas incluyen:

• Proporcionar comentarios específicos y útiles.
• Dar a los estudiantes oportunidades para practicar y mejorar.
• Crear un ambiente de clase positivo y de apoyo.
• Colaborar con los padres y tutores para desarrollar estrategias de corrección eficaces.

Si para corregir necesitas humillar, no sabes enseñar. La humillación no es una herramienta educativa, es una forma de abuso. Utiliza mejores formas de corregir a tus alumnos y crea un ambiente de clase positivo y de apoyo.

Si Para Corregir Necesitas Humillar No Sabes Enseñar

La frase “Si para corregir necesitas humillar, no sabes enseñar” encierra dos aspectos cruciales que inciden directamente en la esencia de la enseñanza: la corrección y el respeto.

• Corrección: Implica guiar al alumno hacia la comprensión y el aprendizaje, proporcionándole retroalimentación constructiva y oportunidades para mejorar.
• Respeto: Implica valorar y tratar al alumno como un individuo digno, reconociendo su potencial y evitando cualquier forma de humillación o menosprecio.

Cuando la corrección se convierte en humillación, se socava la autoestima del alumno, se crea un ambiente de miedo y se erosiona la autoridad del docente. Por el contrario, un enfoque respetuoso fomenta la confianza, promueve la colaboración y crea un espacio seguro para el aprendizaje.En resumen, la corrección efectiva se basa en el respeto mutuo y la creencia en el potencial de cada alumno. Humillar no es enseñar, es destruir.

Corrección

En el contexto de “Si para corregir necesitas humillar, no sabes enseñar”, la corrección efectiva se erige como un proceso esencial para guiar al alumno hacia el aprendizaje y la comprensión genuinos. Implica proporcionar retroalimentación constructiva y crear oportunidades para que los alumnos mejoren, evitando cualquier forma de humillación o menosprecio.

• Retroalimentación específica: Proporcionar comentarios detallados y personalizados que destaquen los aspectos positivos y las áreas de mejora, ayudando al alumno a identificar sus fortalezas y debilidades.
• Oportunidades de práctica: Crear un entorno de aprendizaje que permita a los alumnos practicar sus habilidades y conocimientos repetidamente, consolidando su comprensión y fomentando su crecimiento.
• Ambiente de apoyo: Establecer un aula donde los alumnos se sientan seguros para hacer preguntas, cometer errores y buscar ayuda cuando sea necesario, promoviendo un clima de aprendizaje positivo y colaborativo.
• Colaboración con los padres: Involucrar a los padres y tutores en el proceso de corrección, compartiendo información sobre el progreso del alumno y trabajando juntos para desarrollar estrategias de apoyo efectivas.

Al incorporar estos aspectos en sus prácticas de corrección, los docentes pueden crear un entorno de aprendizaje donde los alumnos se sienten valorados, respetados y empoderados para alcanzar su máximo potencial. La corrección se convierte así en una herramienta valiosa para el progreso del alumno, fomentando el crecimiento, la comprensión y el amor por el aprendizaje.

Respeto

El respeto es un pilar fundamental en la docencia, y su ausencia socava gravemente el proceso de enseñanza-aprendizaje. En el contexto de “Si para corregir necesitas humillar, no sabes enseñar”, el respeto implica valorar y tratar al alumno como un individuo digno, reconociendo su potencial y evitando cualquier forma de humillación o menosprecio.

• Valoración de la individualidad: Cada alumno es único, con sus propias fortalezas, debilidades y ritmo de aprendizaje. El respeto implica reconocer y apreciar estas diferencias, evitando comparaciones odiosas o etiquetas negativas.
• Creencia en el potencial: Todos los alumnos tienen el potencial de aprender y crecer. El respeto implica creer en las capacidades de cada uno, proporcionándoles oportunidades para demostrar sus habilidades y superar sus desafíos.
• Comunicación positiva: El tono de voz, el lenguaje corporal y las palabras elegidas por el docente deben transmitir respeto hacia los alumnos. Evitar el sarcasmo, las burlas o las críticas hirientes es esencial para crear un ambiente de aprendizaje seguro y acogedor.
• Protección de la autoestima: La autoestima de los alumnos es frágil y puede verse fácilmente dañada por la humillación o el menosprecio. El respeto implica salvaguardar la autoestima de los alumnos, proporcionándoles comentarios constructivos y apoyo emocional.

En conclusión, el respeto es un componente indispensable de la enseñanza efectiva. Al valorar a los alumnos como individuos, creer en su potencial, comunicarse positivamente y proteger su autoestima, los docentes pueden crear un entorno de aprendizaje donde los alumnos se sientan respetados, apoyados y empoderados para alcanzar su máximo potencial.